Igor Nicolás Pieterz

Vino desde el hermoso Curazao a conocer Medellín y nos dio su testimonio. Siempre quiso algún día conocer Colombia y la ciudad que lo vio nacer, pero los años de mayor violencia impidieron este deseo, pues el temor siempre ganaba. Sentía agradecimiento de vivir en un país más tranquilo, sobre todo cuando escuchaba las malas noticias de Colombia referente al narcotráfico y la violencia. Igor tiene hoy 37 años es un hombre joven, apuesto de excelentes modales y un profesional en Comunicaciones Corporativas. A sus 18 años viajo a Estados Unidos para estudiar.
 
Tiene su oficina de seguros, se caso y se separo, tiene un hijo que se llama Diego Nicolás y una excelente relación con su ex esposa. Por alguna razón con sus nombres han mantenido un lazo recordatorio con la Casita.
Decidió viajar a Medellín, primero para acompañar a un amigo suyo a realizarse unos exámenes urgentes y de una vez aprovecho para conocer esta ciudad que por el tema de la adopción era algo que le inquietaba.
 
Conoció la Casita de Nicolás, a Pilar Gómez su directora y una de sus fundadoras, se tomo fotos con todos los que trabajan allá, el dijo que contó con suerte de visitar y conocer una de sus fundadoras pues ya muchos no están con nosotros; y por supuesto, a los niños que como el ,hoy viven, juegan y ocupan un espacio de la Institución. Para Igor fue algo muy emocionante, miro su archivo y no encontró información de su mama biológica, si encontró cartas que envió su mamá adoptiva desde Curazao con fotos, mostrando los avances de su hijo. Después de esta experiencia al reunimos para esta entrevista, el estaba en un estado que el mismo expreso “No he asimilado todavía”, por esto dejamos que disfrutara de un delicioso sancocho con tranquilidad, sus raíces latinas se le salieron no solo al repetir de dicho plato , sino también por su buen sentido del humor y buena conversación.
 
Igor mientras crecía ni si quiera recordaba que era adoptado, en su casa nunca fue algo raro, ni tabú el tema de la adopción. Siempre fueron muy abiertos y hablaban con tranquilidad de la Casita. No se acuerda del día exacto que le contaron que era adoptado, lo supo toda la vida. La relación con sus papas ha sido muy buena, recuerda como en la adolescencia chocaba un poco con ellos, sobre todo con su madre porque como él lo dijo son muy parecidos en el temperamento. Con su padre es muy parecido físicamente. Toda su vida ha contado con una familia que lo ama y lo a apoya. Todos los días hablan y se ven. A pesar de no tener hermanos cuenta con muchos primos que crecieron con él, como una familia normal.
 
A Igor le gustaría adoptar. Frente a la situación actual en Colombia donde los procesos se han frenado , él expresa “es una lástima, es una situación estresante para los padres, y los niños, yo llegue de 6 seis meses, me adapte completamente a mi familia lo mejor fue llegar lo más rápido a una familia sana con buenas bases”. Cuando le preguntamos por su familia biológica respondió “con la familia que tengo me basta y me sobra” a pesar de eventualmente pensar en sus padres biológicos y preguntarse por ellos, tiene una simple curiosidad del porque decidieron no abortarlo y los motivos que llevaron a la entrega.
 
El único problema que tuvo por ser adoptado es que al renovar el pasaporte le han pedido documentos colombianos extras y que al llegar a Colombia le dijeron que necesitaba tener pasaporte colombiano al día. Vueltas que ya esta diligenciando.
 
Después de despedirnos deseándole lo mejor con la salud de su amigo, tuvimos una serie de mensajes por el celular , y por fin asimilo al poner unas fotos suyas en el facebook dijo: “me estoy dando cuenta que todo el mundo de todas las etapas de mi vida saben que soy adoptado. En verdad nunca fue un tabú. Y todos están muy contentos por la experiencia que estoy pasando. De verdad que lindo. “Somos extremadamente afortunados, cómo no buscaría la manera de darle esa misma dicha a los que están en la casita en este momento?

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